El Presidente mantendrá reuniones con el primer ministro Benjamin Netanyahu, la primera ministra Giorgia Meloni y el papa Francisco.
El 4 de diciembre pasado, antes de asumir la Presidencia, Milei recibió el llamado de Netanyahu, quien lo invitó formalmente a que visitara su país.
En la comunicación Netanyahu también agradeció a Milei “su intención de trasladar la embajada argentina a Jerusalén”, según informó en aquel momento la oficina del primer ministro en su cuenta de la red social X.
“El primer ministro Benjamin Netanyahu habló con el presidente electo argentino Javier Milei, lo felicitó por su victoria electoral y le agradeció su apoyo al Estado de Israel en su guerra contra la organización terrorista Hamas”, añadió el texto.
El 20 de noviembre último, un día después de su victoria electoral en el balotaje, el canciller israelí Eli Cohen felicitó a Milei y también lo había invitado a visitar ese país para “fortalecer las relaciones” entre ambos países e “inaugurar” la embajada de la Argentina en Jerusalén, una de las promesas del libertario durante su campaña electoral.
Si se confirma el traslado de la embajada, la Argentina se sumará a un pequeño grupo de países encabezado por Estados Unidos que ya tienen su principal sede diplomática en Jerusalén, pese a las reivindicaciones históricas pendientes de los palestinos.
La actividad en Italia
Tras cinco días en ese país de Medio Oriente, el mandatario se trasladará a Italia para reunirse en Roma con la primera ministra Meloni.
Además, en la mañana del 11 de febrero Milei asistirá a la misa de canonización, en la basílica de San Pedro, de la beata María Antonia Paz de Figueroa, “Mama Antula”, que convertirá a esa religiosa en la primera santa argentina, según confirmó Adorni.
El encuentro con Francisco
Y al día siguiente, el Presidente tendrá una audiencia privada con el papa Francisco.
El 14 del mes pasado, Francisco había adelantado que analiza viajar a la Argentina “en la segunda parte del año” y dijo estar preocupado por el país porque “la gente está sufriendo tanto”.
“Sí, me preocupa, porque la gente está sufriendo tanto, es un momento difícil en el país”, aseveró el Pontífice ese día en una entrevista en la televisión italiana, al ser consultado sobre un posible viaje a la Argentina.
Al respecto detalló: “Está el plan de hacer un viaje en la segunda parte del año”.
“Tengo algunos compromisos, en agosto tengo que hacer el viaje a Polinesia, y luego de esto se haría el de Argentina, si se hace”, detalló, y agregó: “Son diez años (de papado), se podría hacer”, sobre la visita postergada.
De concretarse, esa incursión en el país sería la primera desde que Jorge Mario Bergoglio fue entronizado como el Papa número 266 de la Iglesia, en marzo de 2013.
Esas palabras del Papa se habían dado horas después de que Milei lo invitara, por medio de una carta, a visitar el país tras considerar que su presencia “traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos” que se encuentran, dijo, “ansiosos de superar divisiones y enfrentamientos”.
“Su presencia y su mensaje contribuirán a la tan deseada unidad de todos nuestros compatriotas y nos brindará la fuerza colectiva necesaria para preservar nuestra paz y trabajar por la prosperidad y el engrandecimiento de nuestra querida República Argentina”, expresó en aquel momento el jefe de Estado en la carta, que fue difundida por la cuenta Oficina del Presidente Javier Milei en X y que la canciller Diana Mondino entregó el 12 de enero al Nuncio Apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk.
Francisco planteó en varias ocasiones que tenía previsto visitar la Argentina a fines de 2017 en una gira por el Cono Sur, que finalmente se canceló por el cronograma electoral en Chile.